Todos hemos escuchado alguna vez la importancia que tiene el llevar los neumáticos del coche con la presión correcta, pero... ni caso. Nos lo dijeron en la autoescuela... lo olvidamos; nos lo dicen en el taller cuando hacemos la revisión del coche... "bueno, total, me lo acaban de poner bien, ya lo iré revisando"; nos lo dicen cuando nos toca cambiar los neumáticos... "le han durado tan poco porque los llevaba muy bajos" o "estas marcas de aquí ¿ve el escalón? es por llevarlos demasiado hinchados". Pasa siempre, es como los propósitos de fin de año de adelgazar o dejar de fumar, en el momento te "preocupan", pero nos relajamos enseguida...
El caso es que llevar una correcta presión en los neumáticos es muy importante, ya no solo para la duración de los mismos, sino por seguridad. Qué pasa si el neumático esta poco hinchado?
* tiene más contacto con la carretera, con lo que el desgaste (y, por lo tanto, la duración del mismo) es mayor,
* al tener más contacto, hay mas rozamiento con el asfalto, con lo que aumenta el consumo de combustible,
* tendremos, por lo tanto, mayor riesgo de reventón, aparte de menos adherencia en las curvas y un aumento en la distancia de frenado.
¿Y si lo llevamos con más presión de la recomendada -para que nos dure más :( ? Pues tendrá menos contacto con el asfalto, con lo que...
* se desgastará más por la banda central, formando un escalón visible (y audible) en cuando alguien nos ponga la presión correcta,
* y, por supuesto, tendrá menos agarre.
Conclusión: Hay que llevar los neumáticos del coche con la presión suministrada por el fabricante y revisarlo periódicamente para mantenerlos siempre a punto.
... ¿pero, basta con esto? No
El otro factor a tener en cuenta es que normalmente los llenamos con aire, y este, al ser un gas húmedo, contiene agua en suspensión, que puede afectar al caucho y a las llantas, ya que la presión del mismo varía cuando aumenta la temperatura (al evaporarse el agua) y disminuye en caso de no usarlo durante un tiempo (se produce condensación), y eso sin tener en cuenta los cambios bruscos o exposiciones a temperaturas extremas, que harían que la goma no nos durara ni un par de telediarios.
Solución: el Nitrógeno.
Es un gas inerte, y lo que es más importante, seco. Esto quiere decir que con él desaparecen todos los problemas mencionados en el párrafo anterior. Ventajas:
* La perdida de presión disminuirá en una relación de 6 a 1; quiero decir que si normalmente habría que revisar los neumáticos hinchados con aire una vez al mes (si al mes, no al año como hacemos a lo sumo), aquí bastaría con hacerlo cada 6 meses.
* En caso de pinchazo, el aire saldría más lentamente, con lo que llegaríamos un poco más lejos y bajaría notablemente el riesgo de reventón.
* Al calentarse mucho menos que el aire y al no variar la presión del neumático, prolongaríamos la vida del mismo, al mismo tiempo que reduciríamos el consumo de combustible
A continuación vamos a ver dónde podemos llenar nuestros neumáticos con Nitrógeno.
